Día 2... 10-09-09

Nos pegamos una ducha y bajamos a desayunar, después de preparar el equipaje pagamos en recepción y nos dirigimos al parking a recoger las motos. Llenamos los tanques de gasolina y nos adentramos en el recinto de donde saldrá el ferry, nos dan el billete que hace, también, de llave del camarote, varias filas de coches esperando para entrar al ferry y delante de todos, sitio para las motos, ellas pasarán primero (o sea, nosotros...) De momento pocas maquinas de dos ruedas y ninguna española, dejamos todo tal cual y nos vamos a tomar un café, aún quedan un par de horas para embarcar.
Sobre las 2 de la tarde nos van mandando entrar, nos metemos por la proa de un ferry de 8 pisos, de ellos, tres son bodegas. Un tipo nos dice donde poner la moto, a ambos lados y de delante a atrás sendos cables de acero recorren la bodega para, con una slinga y un cojín, amarrar la moto para evitar imprevistos, mientras desatamos el equipaje nos van atando las motos a los cables de acero, hay que llevarse todo para el camarote pues no dejan bajar en el transcurso del viaje.

Después de preguntar subimos en un ascensor a nuestro camarote, estamos en la octava planta, a proa, una estancia de 6 metros cuadrados forman el habitáculo, una cama, una litera escondida en el techo que no encontramos a la primera y un pequeño cuarto de baño, dejamos todo el equipaje y nos vamos a ver el ferry, falta poco para la salida y merece la pena verla desde popa.

Según avanzamos vamos indagando por el ferry, la verdad es que hay de todo: información y cines en la sexta planta, un restaurante, un self-service, un piano bar... flipo!!, en la séptima, en la octava y comunicado mediante unas escaleras con la novena la discoteca, actuaciones por la noche y una barra donde poder pedirse pintas a discreción. Un poco más atrás una piscina de unos 10 metros cuadrados...

Llegamos a popa y vamos viendo la salida, Santander cada vez más lejos, ahí vamos England, nos bajamos a comer al self-service, después, nos volvemos a popa a descansar, el ferry se mueve de cojones, creo que me estoy mareando... vaya gaita, nos vamos a descansar a la habitación, en ella me mareo de la ostia y acabo abrazado al puto inodoro, joder que mareo... me tumbo en la cama y parece que estoy mejor... nada, que no me meneo de aquí hasta que lleguemos a tierra. Por su parte, Jose, mientras tanto se toma unas pintas en el bar y conoce a unos Asturianos que también se van al Ace Café en moto. 

Yo me quedo en la litera hasta que toquemos tierra.































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